Un antiguo cuarto de aperos…
Transformamos un pequeño cuarto de aperos en una vivienda que se abre a las impresionantes vistas al norte y protege su privacidad con un muro que se separa ligeramente de la fachada para dejar entrar la luz a un espacio presidido por una escalera que parece levitar. La cubierta responde formalmente al abancalamiento de la finca.